¿Qué paga el propietario y qué paga el inquilino en un alquiler?
Como sabemos, alquilar un piso supone una serie de derechos y obligaciones para propietario e inquilino. Las últimas también incluyen pagar determinados servicios que se contratan en el contexto de una vivienda habitual, ya sean de carácter obligatorio u opcional.
Por eso, entender qué gastos le corresponden a cada uno es importante para evitar malentendidos durante el contrato de alquiler. Veamos cuáles en este artículo.
¿Qué paga el propietario?
Como dueño de la propiedad, el propietario tiene una serie de gastos que debe cubrir para mantener la vivienda en buen estado y cumplir con sus obligaciones legales.
1. Hipoteca y otros gastos de la propiedad
Aunque no esté directamente relacionado con el alquiler, si el propietario tiene una hipoteca sobre la vivienda, será responsable de pagarla cada mes.
En algunos casos, el alquiler mensual que recibe del inquilino no cubre todo el coste de la hipoteca, pero eso no exime al propietario de su pago. Además, si la propiedad está arrendada bajo un contrato de alquiler con opción a compra, es el propietario quien se encarga de cubrir los intereses de la hipoteca.
2. Seguro del continente
El seguro del continente es el que cubre daños estructurales importantes, como los causados por incendios, inundaciones o robos. Aunque no todos los propietarios contratan este seguro (de hecho, no es obligatorio), es altamente recomendable.
Por otra parte, en el contrato de alquiler se puede indicar que el propietario debe contar con un seguro de hogar que cubra el continente, lo que supone que está obligado a pagarlo.
3. Impuestos y tasas
Los propietarios deben hacerse cargo de ciertos impuestos y tasas relacionados con la propiedad. El más importante es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que se paga anualmente y varía dependiendo del valor catastral de la vivienda y su ubicación.
Siempre que se negocie con él, puede ser el inquilino quien se haga cargo de este impuesto, pero no es lo más común, ya que es un gasto derivado de la propiedad y no del alquiler como tal.
4. Comunidad de propietarios
Si la vivienda está situada en un edificio o urbanización que tiene una comunidad de propietarios, el propietario es responsable de abonar las cuotas de mantenimiento y reparación de las zonas comunes. Estas cuotas incluyen gastos de limpieza, mantenimiento del ascensor, reparación de tejados, y en algunos casos, el coste de la calefacción central o el suministro de agua.
Como ocurre con el IBI, el contrato puede especificar que será el inquilino quien pagará la comunidad, pero, una vez más, no es habitual.
5. Reparaciones y mantenimiento importantes
Los gastos relacionados con la estructura del inmueble, como las reparaciones de fontanería, electricidad o la fachada, son responsabilidad del propietario. Si una parte importante de la vivienda se daña (por ejemplo, una avería en el sistema de calefacción central), es el propietario quien debe asumir estos gastos.
Aunque es difícil que un inquilino cause daños graves a la estructura de la vivienda o sus instalaciones, sí que será él quien asuma el coste de las reparaciones si, efectivamente, es el responsable directo de los daños.
¿Qué paga el inquilino?
Aunque el propietario tiene muchas responsabilidades, los inquilinos también tienen sus propios gastos. En su mayoría, estos están relacionados con el uso de la vivienda y su mantenimiento básico.
1. Renta mensual
Obviamente, el pago de la renta al propietario es la base del contrato de alquiler. Este dinero es la retribución por el uso de la vivienda, y debe ser abonado puntualmente cada mes.
El precio del alquiler depende de diversos factores, como la ubicación, el tamaño de la vivienda, la antigüedad del inmueble o las comodidades que ofrezca. La renta está fijada en el contrato de alquiler, y algunos incluyen la cláusula de actualización de la renta al IPC o a otro índice oficial, como el IGC.
2. Suministros de agua, gas y electricidad
El agua, el gas (si hay) y la electricidad se consideran suministros básicos y necesarios en la vivienda. El propietario y el inquilino pueden negociar quién debe pagarlos, aunque lo más recomendable es que sea el segundo.
La razón es simple: si el propietario corre con los gastos de los suministros, estaría obligado a seguir pagándolos incluso si el inquilino se convierte en okupa, de lo contrario, se consideraría una coacción para forzar su marcha de la vivienda.
3. Seguro de contenidos
Al igual que el de continente, el seguro de contenidos es un seguro opcional que cubre los daños a las pertenencias personales del inquilino, como muebles, electrodomésticos, ropa, etc. El propietario no está obligado a cubrir este tipo de seguros, ya que su responsabilidad se limita a la estructura del inmueble.
4. Comunidad de propietarios e impuestos
Como dijimos anteriormente, el inquilino debe hacerse cargo de los impuestos y de la comunidad de propietarios si así lo estipula el contrato de alquiler.
Al margen del IBI, los gastos de comunidad incluyen la limpieza de las zonas comunes, el mantenimiento del ascensor y la reparación de elementos comunes como las puertas de entrada o las ventanas.
5. Pequeñas reparaciones y mantenimiento
El propietario está obligado a proporcionar al inquilino una vivienda que cumpla las condiciones mínimas de habitabilidad. Pero el inquilino es responsable de mantener la vivienda en buen estado durante su estancia.
Esto incluye tareas como el cambio de bombillas, la reparación de electrodomésticos que están a su disposición o la sustitución de elementos dañados por el uso diario. Si un electrodoméstico o elemento de la vivienda se avería debido a un uso inapropiado por parte del inquilino, será él quien deba hacerse cargo del coste de la reparación.
¿Y quién corre con el seguro de impago?
La duda de quién debe hacerse cargo del seguro de impago es otra de las más frecuentes. Este seguro, que tampoco es obligatorio, forma parte de las garantías adicionales que el propietario puede negociar con el inquilino, como ocurre con el aval bancario o el aval solidario.
Así, los dos deben negociar quién será el responsable de pagarlo, y esto debe quedar recogido en el contrato.
Por otra parte, este tipo de seguros no son la mejor solución para los propietarios que tienen miedo a los impagos, ya que suelen cubrir durante un tiempo limitado, tienen periodos de carencia y otros aspectos nada ventajosos que aparecen en la letra pequeña.
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