Los impagos del alquiler, detrás de casi el 80% de los desahucios

Los impagos del alquiler, detrás de casi el 80% de los desahucios

Según datos del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), en el primer trimestre de 2025, los desahucios en España derivados del impago de alquiler representaron alrededor del 77% del total de lanzamientos.

Aunque el número global de desahucios (ejecuciones hipotecarias más impago de la renta) bajó un ligero 1,2% respecto al mismo periodo del año anterior, los vinculados al alquiler subieron un 3,7% y alcanzaron los 5.644 casos.

¿Por qué este cambio en el perfil de los desahucios?

Este fenómeno refleja varios cambios estructurales en el ámbito de los desahucios. Primero, los lanzamientos por ejecuciones hipotecarias continúan en fuerte descenso (un 18% menos), lo que reduce su peso en la estadística.

Segundo, cada vez más hogares están en régimen de alquiler ante los problemas para acceder a una vivienda en propiedad. Esto, combinado con aumentos continuos del precio del alquiler, hace que algunos inquilinos se vean en una situación económica muy ajustada.

Por otra parte, según Eurostat, el 28,1% de los hogares que viven de alquiler en España destinan más del 40% de sus ingresos al pago de la renta: casi diez puntos por encima de la media europea.

¿Dónde se concentra el problema?

Hasta la fecha, la limitación de los precios del alquiler no parece haber ayudado a rebajar el número de desahucios.

Es más, en Cataluña, una de las comunidades autónomas donde se aplica el índice de alquiler en zonas tensionadas, los lanzamientos de este tipo aumentaron casi un 11% en el primer trimestre.

  • En Cataluña hubo 1.542 desahucios de inquilinos, la cifra más alta.
  • En Andalucía se registraron 807 casos, con un incremento cercano al 17%.
  • En Madrid la subida fue mucho menor, apenas 0,2%, con 614 lanzamientos en total.

También se observa que tanto Baleares como Canarias, ambas con fuerte peso turístico y precios elevados de vivienda, se encuentran entre las comunidades con mayor tasa de lanzamientos por población.

¿Qué implica para quienes viven de alquiler?

Para muchos inquilinos, este escenario significa una doble presión: por un lado, la renta supone una parte cada vez mayor de los ingresos. Por otro, si surgen problemas económicos (paro, reducción de jornada, gastos imprevistos), el margen de maniobra es mínimo.

Cuando el impago se produce, el desahucio se convierte en la amenaza más frecuente: ocho de cada diez desahucios tienen esta raíz.

Este dato es importante para comprender que el problema ya no es solo de propietarios o bancos, sino de un conjunto creciente de hogares vulnerables, con ingresos limitados y en un mercado de alquiler tenso. En ese sentido, el hecho de que las ejecuciones hipotecarias tengan menor peso no equilibra la situación para quienes alquilan.

¿Qué papel juegan las políticas de vivienda y los controles de precio?

Aunque algunas comunidades han implantado mecanismos de control o limitación de precio del alquiler, los datos sugieren que esos esfuerzos aún no se reflejan claramente en la reducción de lanzamientos. Es el caso que antes hemos mencionado, Cataluña, donde estos controles son más amplios y los desahucios de inquilinos aumentaron casi un 11 % en el trimestre.

Esto indica que, aunque las regulaciones pueden contribuir, no son suficientes por sí solas: la cuestión principal es que los ingresos y el coste del alquiler estén más parejos, y que existan vías efectivas de intermediación para evitar que los impagos deriven en desahucios sin alternativa habitacional.

¿Qué alternativas tienen los propietarios de vivienda?

Sin duda, la posibilidad de tener que lidiar con impagos es una de las preocupaciones más frecuentes de los propietarios. Así, en la situación actual, con el número creciente de inquilinos que no pueden hacer frente a la renta, algunos propietarios deciden vender la vivienda o a recurrir a otros regímenes de alquiler como el vacacional.

Sin embargo, estas dos “soluciones” también tienen sus desventajas: la venta supone una enorme pérdida de patrimonio, mientras que el alquiler turístico está sometido a una fuerte regulación y a un régimen fiscal más duro que el que tiene el alquiler de larga estancia, con el que te puedes desgravar el 50% de lo que te paga el inquilino.

Por tanto, la mejor alternativa sigue siendo el alquiler de larga duración… pero con la garantía de que el propietario seguirá cobrando la renta todos los meses hasta que se produzca el desahucio, si hubiera que llegar hasta ese extremo.

En otras palabras, una forma de alquiler seguro al modo que ofrecemos en Wolo, concretamente, nuestro servicio de Alquiler Garantizado:

  1. Cobro mensual garantizado: recibes el pago de la renta puntualmente cada mes.
  2. Cobertura ilimitada en el tiempo: protección continua durante todo el contrato de arrendamiento, sin limitaciones temporales.
  3. Sin períodos de carencia: cobras desde el primer mes de impago sin necesidad de esperar.
  4. Gestión integral del alquiler: nos ocupamos de todo el proceso, desde la búsqueda del inquilino hasta la firma del contrato y la gestión de pagos.
  5. Protección frente a daños y vandalismo: cobertura de hasta 3.000 € por daños causados por el inquilino.
  6. Asistencia jurídica completa: incluye defensa legal y gastos judiciales en caso de desahucio.
  7. Recuperación rápida de la vivienda: acción inmediata para recuperar la propiedad en caso de impago, con procesos extrajudiciales y judiciales paralelos.
  8. Control total desde la plataforma: acceso online para gestionar todos los aspectos del alquiler de forma digital y segura.

Con este servicio, cobrarás desde el primer hasta el último día que el inquilino resida en la vivienda, tanto si paga el alquiler como si se encuentra en proceso de desalojo.

No dejes de alquilar tu vivienda por miedo a los impagos: con Wolo, tu dinero y tu tranquilidad están asegurados.

La desconfianza creciente de los propietarios de vivienda: miedos, impagos y okupación

La desconfianza creciente de los propietarios de vivienda: miedos, impagos y okupación

El mercado de alquiler en España no deja de enfrentarse a nuevos retos, y los propietarios de viviendas sienten cada vez más miedo ante la posibilidad de impagos, okupaciones y daños a sus propiedades. Un reciente estudio de Fotocasa Research revela que el 48% de los arrendadores desconfían de sus inquilinos.

En este artículo de Wolo, te contamos el origen de estos miedos por parte de los propietarios y qué medidas pueden tomar para protegerse frente a estos riesgos.

La inseguridad jurídica: la principal causa de desconfianza

Como decimos, el 48% de los propietarios asegura sentir desconfianza hacia los inquilinos debido a varios factores, siendo los más importantes los impagos y la okupación.

Según el informe, este porcentaje ha aumentado de manera significativa, lo que refleja la creciente preocupación por los riesgos asociados al alquiler.

La falta de seguridad jurídica en España es uno de los principales factores que alimenta esta desconfianza. Los propietarios consideran que, una vez alquilada la vivienda, pierden control sobre el proceso, generándoles una sensación de vulnerabilidad.

En particular, la creciente demora en los desahucios, especialmente en casos de okupación, ha llevado a gran parte de los propietarios a replantearse si vale la pena alquilar. Y ello a pesar de que muchos de ellos (un 36%) necesitan el dinero de la renta para pagar sus propias hipotecas.

Okupación ilegal: un problema en aumento

Aunque en 2024 las okupaciones fueron ligeramente inferiores al año 2021, cuando se produjo el récord de casi 17.300 casos conocidos, esta cuestión sigue quitándoles el sueño a muchos propietarios.

En 2023, el tiempo medio para recuperar una vivienda okupada se duplicó, pasando de 11,7 meses en 2018 a 23,2 meses. En algunas comunidades, como Castilla y León, los plazos superan los 35 meses. Teniendo en cuenta todo el territorio español, en total fueron más de 20.000 los desahucios por impagos.

La necesidad de reformas legales para mejorar la seguridad jurídica

La falta de una legislación eficaz que garantice los derechos de los propietarios es otro factor que fomenta la desconfianza. Según el Índice de Derechos de Propiedad elaborado por el Instituto de Estudios Económicos, España se encuentra por debajo de la media de la Unión Europea en cuanto a la protección jurídica de la propiedad privada.

Esto penaliza el mercado del alquiler no solo por el número creciente de propietarios que deciden vender o cerrar su vivienda, sino también porque desalienta nuevas inversiones en el sector. Resultado: una reducción de la oferta, ya de por sí especialmente escasa en las ciudades con mayor demanda, como Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, etc.

¿Qué pueden hacer los propietarios ante esta situación?

Es cierto que alquilar un piso siempre conlleva sus riesgos, pero también es verdad que, en el fondo, la inmensa mayoría de inquilinos son modélicos y cumplen religiosamente con sus obligaciones.

Sin embargo, y ante la duda, los propietarios cada vez cuentan con más servicios que los protegen de los posibles inquilinos morosos, como por ejemplo los seguros de impago.

Nosotros, en Wolo, hemos ido mucho más lejos con nuestro Alquiler Garantizado, un servicio más completo que cualquier seguro:

Seguro de impago

  • Cobertura limitada en el tiempo: cubre entre 6 y 12 meses de impagos.
  • Sin protección continua: una vez finalizado el período de cobertura, el propietario queda desprotegido.
  • Posibles períodos de carencia: algunos seguros requieren esperar un tiempo antes de que se active la cobertura.
  • Gestión del alquiler no incluida: el propietario debe encargarse de la búsqueda del inquilino, firma del contrato y gestión de pagos.
  • Cobertura limitada frente a daños: no todos los seguros incluyen indemnizaciones por daños o vandalismo.
  • Asistencia jurídica limitada: la defensa legal puede estar sujeta a condiciones y no siempre está incluida.
  • Recuperación de la vivienda no gestionada: el propietario debe encargarse del proceso de desahucio, lo que puede ser largo y costoso.
  • Control limitado: la gestión del alquiler no suele ser digital ni centralizada.

Alquiler Garantizado de Wolo

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Nuestro objetivo es que puedas alquilar con la tranquilidad de tener tu dinero asegurado desde el primer hasta el último día que el inquilino resida en la vivienda, tanto si paga el alquiler como si no. Con esta filosofía, ya somos la plataforma inmobiliaria digital mejor valorada del país.

Alquila con Wolo, y los impagos, el vandalismo y la okupación serán de tus menores preocupaciones.

Las comunidades autónomas baten récords históricos en el precio del alquiler

Las comunidades autónomas baten récords históricos en el precio del alquiler

En los primeros siete meses de este 2025, todas las comunidades autónomas han superado los máximos históricos de los precios de alquiler, incluso superando los niveles previos a la crisis financiera de 2008.

En este artículo de Wolo analizamos las nuevas cifras, las causas y las consecuencias para propietarios e inquilinos.

El precio medio del alquiler en España

En el mes de junio de 2025, el precio medio del alquiler en España alcanzó los 14,38 €/m² al mes, lo que se traduce en un gasto mensual de unos 1.150 € por un apartamento de 80 metros cuadrados. Este incremento de los precios en el último año ha sido notable, con una subida interanual del 14% en comparación con el mismo mes del año anterior.

El aumento ha sido impulsado no solo por la escasez de oferta, sino también por el creciente interés de los propietarios por ajustar los precios debido a la alta demanda que se ha registrado en casi todas las zonas del país.

Comunidades autónomas que rompen récords

Este año, el mercado de alquiler ha mostrado un comportamiento irregular, con algunas comunidades alcanzando su pico máximo en diferentes momentos del año.

En el mes de junio, Aragón, Castilla y León, Galicia y Murcia fueron las comunidades que vieron sus precios de alquiler superar el récord histórico. Antes, en mayo, fue el turno de Andalucía y Canarias, mientras que a principios de 2025, las comunidades de La Rioja y Navarra también alcanzaron sus máximos históricos, lo que demostró una tendencia a la alza que no muestra señales de desacelerarse.

La mayoría de las capitales también superan máximos históricos

En cuanto a las capitales de provincia, de las 49 capitales analizadas, 48 han registrado máximos históricos en algún momento de 2025. La única excepción ha sido Cuenca, que alcanzó su récord en junio de 2022, con un precio medio de alquiler de 8,51 €/m² al mes.

En general, las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla han experimentado aumentos significativos, con precios que ya superan los 15 €/m² al mes en algunas zonas céntricas, especialmente en las áreas más demandadas por los jóvenes profesionales y las familias con mayor poder adquisitivo.

Factores que impulsan el alza de los precios

El principal motor detrás de estos aumentos es un desajuste estructural entre la oferta y la demanda. Mientras que la demanda de viviendas en alquiler sigue siendo alta, la oferta disponible sigue siendo limitada. Este desajuste ha llevado a los propietarios de viviendas a subir los precios, a menudo por encima de lo que muchas familias o personas pueden permitirse.

El incremento en los precios también ha sido influenciado por otros factores, como las políticas urbanísticas en algunas ciudades, la gentrificación, la escasez de vivienda nueva y el auge de los alquileres de corta duración, que han absorbido muchas de las propiedades que tradicionalmente se destinaban al alquiler de largo plazo.

Para intentar revertir la situación, es fundamental impulsar la construcción de nuevas viviendas, especialmente en las grandes ciudades, y promover políticas de vivienda accesible que permitan frenar el desajuste entre oferta y demanda, entre otras posibles medidas.

Las consecuencias para los inquilinos

El aumento constante de los precios de alquiler está teniendo un impacto directo sobre los inquilinos, especialmente los jóvenes y las familias con menos recursos. Las personas que buscan alquilar en áreas centrales o en grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, se enfrentan a precios que superan el 30% de su salario neto mensual, lo que les dificulta aún más el acceso a una vivienda asequible.

Este aumento de los precios no solo afecta a las personas que alquilan por primera vez, sino también a los inquilinos actuales, que se ven obligados a enfrentarse a subidas continuas de precios cuando renuevan sus contratos de alquiler.

Las consecuencias para los propietarios

En el otro lado, se encuentran los propietarios, para los cuales hay consecuencias beneficiosas, pero también ciertos impactos negativos que suelen pasarse por alto.

Aumento de los ingresos

Los precios más altos significan que los propietarios están recibiendo más ingresos por el alquiler de sus propiedades. Esto es especialmente beneficioso si los alquileres se ajustan anualmente según la demanda del mercado.

Así, los propietarios obtienen un retorno más alto de su inversión, lo que les permite reinvertir en más propiedades o mejorar las que ya tienen.

Valoración más alta de las propiedades

Con el aumento de los precios del alquiler, el valor de las propiedades en alquiler generalmente aumenta. Esto significa que si los propietarios desean vender sus viviendas en algún momento, pueden obtener un precio más alto del que habrían recibido en años anteriores.

Estabilidad de la demanda

En muchas ciudades, a pesar del aumento de los precios, la demanda de alquiler sigue siendo alta debido a la escasez de vivienda. Esto ofrece una fuente de ingresos más estable a largo plazo para los propietarios, ya que los inquilinos continúan buscando propiedades en áreas donde la oferta es limitada.

Sin embargo, como hemos dicho, también existen algunas consecuencias negativas para los propietarios derivadas del alza de los precios del alquiler, aunque se pudiesen dar más bien en el medio o largo plazo.

Mayor incertidumbre regulatoria

La subida de precios en el alquiler puede llevar a una mayor intervención del Gobierno, con posibles regulaciones de control de precios o nuevas políticas que limiten cuánto subir los alquileres, como ya ocurre, por ejemplo, en Cataluña.

Esto reduciría el margen de beneficio de los propietarios y generaría incertidumbre sobre las futuras regulaciones que afecten a la rentabilidad de sus propiedades.

Mayor riesgo de morosidad

Los alquileres más altos pueden hacer que algunos inquilinos se enfrenten a dificultades económicas, lo que aumenta el riesgo de morosidad o impagos.

Así, si un inquilino no puede afrontar el alquiler, el propietario podría tener que lidiar con retrasos en los pagos y, en el peor de los casos, la pérdida de un inquilino, lo que implica un periodo de vacancia de la propiedad mientras se busca a otro inquilino.

En estos casos, lo mejor es contar con la ayuda de Wolo, donde ofrecemos a los propietarios una forma de alquiler seguro para cubrir los impagos del inquilino, de forma puntual y sin límite de tiempo.

Aumento de los costes del alquiler

Además de los posibles periodos en que la vivienda no está alquilada (con la consecuente pérdida de ingresos), también aumentarán los costes para encontrar un nuevo inquilino, como son los gastos del contrato de alquiler o la tarifa de la agencia inmobiliaria, que es más elevada cuanto más elevado sea el precio del alquiler (desde la última reforma de la ley de vivienda, le corresponde al propietario pagarla).

Riesgo de burbuja del alquiler

Aunque los precios del alquiler estén en máximos históricos, es muy difícil afirmar tajantemente que esta tendencia continuará así para siempre. De esta forma, una posible corrección del mercado o el estallido de la burbuja inmobiliaria podría llevar a una caída drástica de los precios del alquiler.

Si el mercado de alquiler no se ajusta adecuadamente o si la demanda se reduce por diversos factores económicos (recesión, deslocalización del trabajo en las grandes ciudades, etc.), los propietarios podrían sufrir una gran caída de la rentabilidad de sus propiedades.

Esta situación afectaría especialmente a los propietarios que más dependan de los (altos) ingresos del alquiler para vivir o para cubrir otras inversiones, por ejemplo, el pago de la hipoteca de esa misma vivienda.

Novedades certificado energético 2030

¿Qué cambia con el certificado energético en 2030? Lo que necesitas saber si tienes una vivienda

Hasta ahora, el certificado energético era un documento que mucha gente pasaba por alto al vender o alquilar su vivienda. Pero la Unión Europea ha decidido ponerle fecha de caducidad a los edificios ineficientes, y a partir de 2030 será obligatorio cumplir ciertos niveles para poder poner una vivienda en el mercado.

¿Tienes una casa, piso o propiedad que piensas vender o alquilar algún día? En Wolo te explicamos qué va a pasar, cómo te afecta y qué puedes hacer desde ya para evitar sustos de última hora.

¿Qué exige la nueva normativa europea con respecto a la eficiencia energética?

En 2023, la Unión Europea aprobó la reforma de la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD), con el objetivo de reducir emisiones, fomentar el ahorro y modernizar el parque de viviendas, que en muchos países —España incluida— está muy envejecido.

El calendario, que será de obligado cumplimiento, es como sigue:

Edificios de nueva construcción

  • Desde el 1 de enero de 2026, los edificios de nueva construcción públicos o usados por administraciones públicas deben ser cero emisiones.
  • Desde el 1 de enero de 2028, los edificios de nueva construcción no públicos deben ser cero emisiones, tanto si son residenciales como si no.

Edificios existentes

  • Edificios públicos: deberán tener una clasificación mínima de E a partir de 2027, y de D a partir de 2030.
  • Edificios privados no residenciales: mismos requisitos que los anteriores.
  • Edificios privados residenciales: deberán tener una clasificación mínima de E a partir de 2030, y de D a partir de 2033.

Esto afecta directamente a millones de viviendas construidas años atrás, muchas de las cuales tienen actualmente calificaciones F o G. Si no se adaptan a las nuevas medidas, no podrán salir legalmente al mercado.

¿Cuándo entra en vigor el nuevo certificado energético?

Aunque la directiva ya ha sido aprobada a nivel europeo, los estados miembros —incluido España— tienen un plazo para adaptarla a sus leyes nacionales (lo que se conoce como “transposición”). Este proceso puede llevar entre 1 y 2 años, pero los plazos de 2030 y 2033 ya están marcados y no cambiarán.

Esto significa que, aunque ahora no notes ningún cambio, en unos años será obligatorio haber hecho los deberes. Y cuanto antes empieces, más fácil y económico será cumplir con los requisitos.

¿Qué beneficios tiene tener una buena calificación energética?

Además de cumplir con la normativa, mejorar la eficiencia energética de tu vivienda tiene ventajas muy concretas, tanto si vives en ella como si planeas venderla o alquilarla:

Aumenta el valor de tu propiedad

Las viviendas con mejor calificación energética se venden mejor y más rápido. Cada letra de mejora en el certificado puede suponer un incremento del 1 al 4 % en el valor de venta, especialmente en zonas donde el frío o el calor obligan a un uso más constante de calefacción o aire acondicionado.

Ahorro económico mes a mes

Una vivienda eficiente consume menos energía para mantener el confort. Esto se traduce en facturas más bajas en electricidad, calefacción o climatización. A lo largo del año, el ahorro puede ser de cientos de euros, especialmente si el aislamiento, la ventilación y los sistemas de climatización están bien optimizados.

Más sostenibilidad y menos emisiones

Cada mejora que haces en tu vivienda (ventanas de doble acristalamiento, placas solares, calderas eficientes…) contribuye a reducir la huella ecológica. Además, los compradores y arrendatarios están cada vez más concienciados y valoran viviendas respetuosas con el medio ambiente.

¿Qué puedes hacer ahora si tu casa no cumple la nueva normativa?

No hace falta esperar a 2029 para empezar a actuar. Si tu vivienda tiene una calificación energética baja (F o G, por ejemplo), puedes prepararte con tiempo y tranquilidad. Aquí tienes algunos pasos que debes seguir:

1. Solicita o revisa tu certificado energético actual

Si no lo tienes, deberías hacerlo cuanto antes. Es obligatorio para vender o alquilar cualquier inmueble, y su precio ronda entre 90 y 150 €. El técnico certificador evaluará aspectos como el aislamiento, las ventanas, los sistemas de calefacción, iluminación o refrigeración, y te asignará una letra entre la A (más eficiente) y la G (menos eficiente).

Este diagnóstico también incluirá recomendaciones para mejorar la calificación, lo cual es un excelente punto de partida.

2. Empieza por las reformas más efectivas

No necesitas una reforma integral de la vivienda. Hay mejoras que tienen un gran impacto sin arruinarte, como:
  • Sustituir ventanas antiguas por otras con rotura de puente térmico.
  • Aislar techos o paredes interiores.
  • Instalar sistemas de calefacción eficientes (aerotermia, calderas de condensación, etc.).
  • Incorporar termostatos inteligentes o detectores de presencia para la iluminación.
  • Sustituir bombillas por LED de bajo consumo.

Estas medidas pueden ayudarte a subir una o dos letras en el certificado energético, acercándote al cumplimiento de la normativa.

¿Y si no quiero reformar?

Si planeas vender tu casa antes de 2030 y no vas a hacer mejoras, no hay ninguna obligación inmediata. Pero ojo: el mercado se está moviendo, y cada vez más compradores piden buena eficiencia energética. Una casa con una calificación F o G puede ser más difícil de vender, o solo hacerlo con importantes rebajas de precio.

Además, en 2030, si la vivienda no cumple con la letra E, simplemente no podrá legalmente venderse ni alquilarse. Así que tarde o temprano, tendrás que enfrentarte a ello.

El futuro pasa por casas más eficientes

La nueva normativa europea no es un capricho. Busca mejorar la calidad de vida en los hogares, reducir la dependencia energética y proteger el planeta. Pero también abre una oportunidad para los propietarios: quien actúe a tiempo podrá revalorizar su vivienda, ahorrar cada mes y evitar complicaciones legales en unos años.

Si tienes una vivienda con baja eficiencia, no lo veas como una amenaza. Míralo como una ocasión para mejorar su valor y prepararte para el futuro.

Con las ayudas públicas disponibles, las reformas que puedes aplicar y un mercado cada vez más exigente, anticiparse es la decisión más acertada.

Con respecto a la venta, en Wolo nos encargamos de encontrar a los mejores compradores, vendemos tu casa en 45 días y solo pagarás una comisión fija más IVA, sin importar dónde ni cómo sea tu vivienda.

Turismo en auge: el alquiler vacacional se dispara en un 143% en solo 10 años

Turismo en auge: el alquiler vacacional se dispara en un 143% en solo 10 años

España ha experimentado una transformación radical en sus opciones de alojamiento turísticas. En el primer cuatrimestre de 2025, el país superó los 25,6 millones de turistas extranjeros, y el alquiler vacacional ha crecido un 143 % desde 2015, según datos del INE.

Este boom no solo muestra el interés creciente por este tipo de alojamiento, pues también evidencia un cambio estructural en cómo se abastece la demanda turística: los turistas buscan cada vez más la comodidad, flexibilidad y privacidad que ofrecen las viviendas de temporada frente al hotel tradicional.

El alquiler vacacional se consolida como modelo dominante

Tradicionalmente, el sector hotelero ha liderado la oferta turística. Pero en los últimos años, las plataformas de alquiler a corto plazo como Airbnb, Booking o Vrbo han transformado el mercado.

Cada vez más viajeros optan por viviendas particulares como alojamiento, valorando su flexibilidad, su privacidad y su precio (muchas veces más competitivo que el de un hotel, especialmente en grupos o estancias largas).

Según Exceltur, la patronal del turismo, el número de viviendas de uso turístico ha crecido un 25 % en solo dos años, mientras que el crecimiento hotelero en ese mismo periodo apenas ha sido del 2 %. En ciudades como Málaga, Alicante o Valencia, el ritmo de expansión es incluso mayor.

En muchas zonas, el alquiler vacacional ya representa entre un 10 % y un 25 % del parque inmobiliario disponible.

¿Qué consecuencias tiene este fenómeno?

El auge del alquiler vacacional tiene múltiples implicaciones que van más allá del turismo.

1. Escasez de vivienda residencial

Muchas viviendas que antes se destinaban al alquiler de larga duración ahora se alquilan a turistas. Esto reduce la oferta disponible para residentes locales, lo que eleva los precios de los alquileres tradicionales y genera tensiones sociales, sobre todo en barrios céntricos o muy demandados.

En lugares como Palma de Mallorca, Barcelona, Málaga o San Sebastián, encontrar un piso para vivir se ha convertido en una misión casi imposible para buena parte de la población.

2. Gentrificación y desplazamiento de vecinos

La presión turística no solo encarece el acceso a la vivienda, también transforma los barrios. Tiendas de barrio, servicios cotidianos o comercios tradicionales desaparecen para dejar paso servicios más orientados al turismo, como cafeterías, tiendas de souvenirs o restaurantes pensados para turistas.

Esta gentrificación genera un efecto de expulsión: los vecinos de toda la vida acaban yéndose, empujados por el encarecimiento general y por la pérdida de identidad del entorno.

3. Saturación de espacios públicos

El turismo masivo también impacta en la calidad de vida urbana: calles congestionadas, ruido nocturno, falta de plazas escolares o servicios médicos colapsados. En los destinos de costa, playas y zonas naturales viven picos de ocupación que superan con creces su capacidad de carga.

Estas realidades han motivado medidas regulatorias: desde la eliminación gradual de licencias de alquiler turístico en zonas saturadas (como en Barcelona) hasta multas y cierres de viviendas sin registro legal.

¿Qué están haciendo las autoridades?

Las administraciones locales y autonómicas han comenzado a reaccionar ante esta realidad. Algunas de las medidas más destacadas:

  • Barcelona ha anunciado que eliminará progresivamente todas las licencias de pisos turísticos en 2028, limitando su número en los próximos años.
  • Palma y otras ciudades de Baleares han endurecido las sanciones por alquiler sin licencia y han prohibido nuevos registros en determinadas zonas.
  • Madrid y Valencia han comenzado a establecer zonas de contención para limitar la expansión del alquiler vacacional.
  • En el Congreso, se han planteado iniciativas para que las comunidades de vecinos puedan vetar este tipo de actividad si afecta a la convivencia.

¿Qué ocurre con el alquiler de larga estancia?

El auge del alquiler vacacional ha puesto sobre la mesa un debate urgente: ¿cómo podemos proteger el acceso a la vivienda sin frenar por completo el turismo?

La respuesta no pasa por prohibir, ya que el turismo es una importante fuente de ingresos en España, sino por la posibilidad de regularlo. Así, para limitar el impacto del alquiler turístico, algunas medidas podrían ser:

  1. Establecer cupos y zonas de exclusión, especialmente en barrios con escasa oferta de vivienda habitual.
  2. Obligar al registro obligatorio y a mostrar el número de licencia en plataformas como Airbnb o Booking, algo que se puso en marcha desde el 1 de julio de 2025.
  3. Dar más poder a las comunidades de vecinos, permitiéndoles vetar alquileres turísticos si afectan a la convivencia.
  4. Penalizar fiscalmente este tipo de alquiler en las zonas tensionadas e incentivar el retorno de esas viviendas al mercado residencial.

Pero más allá de restringir, también es necesario seguir potenciando el alquiler de larga estancia, especialmente en ciudades donde acceder a una vivienda digna se ha vuelto un reto, lo que también incluiría el aumento del parque de vivienda destinado a esta clase de alquiler.

Ventajas del alquiler de larga duración

Muchos propietarios no lo valoran lo suficiente, pero el alquiler residencial tradicional tiene beneficios que no tiene el alquiler turístico ni el temporal.

  • Estabilidad y previsibilidad de ingresos: cobros regulares sin depender de la estacionalidad ni de la tasa de ocupación.
  • Mínima rotación de inquilinos, lo que reduce gastos de limpieza, mantenimiento o gestión.
  • Relación más cercana con el inquilino, lo que suele derivar en mayor cuidado de la vivienda.
  • Menos trámites legales y menos exposición a sanciones.
  • Reducción de gastos, ya que el inquilino suele encargarse de pagar los suministros de la vivienda.
  • Deducciones fiscales de mínimo el 50% que hacen que la rentabilidad del alquiler de larga duración sea muy elevada.

Por todo ello, en Wolo estamos convencidos de que el alquiler residencial sigue siendo la opción más atractiva para los propietarios, especialmente por las ventajas económicas que supone y por el reducido riesgo de que la vivienda sufra desperfectos.

Por eso, ofrecemos a los propietarios la posibilidad de alquilar su vivienda a inquilinos de larga duración, además de un servicio de Alquiler Garantizado gracias al cual siempre cobrarán la renta, puntualmente y sin límite de tiempo, a diferencia de los seguros de impago que todos conocemos.

De esta forma, protegemos el dinero de los propietarios que quieren alquilar su piso para larga estancia, pero temen los posibles impagos por parte del inquilino.

Solo con Wolo y nuestro modelo de alquiler seguro, el alquiler residencial siempre será mejor opción que el turístico o el temporal.

Haz clic en el botón y descubrirás por qué.

El problema de la gentrificación

La gentrificación: definición, causas y consecuencias de este fenómeno

La gentrificación es uno de los fenómenos urbanos más debatidos en las últimas décadas. A simple vista puede parecer una transformación positiva de los barrios, pero detrás de ello se esconde una realidad mucho más compleja.

En este artículo de Wolo analizamos qué es la gentrificación, qué la causa y cuáles son sus consecuencias. También veremos cómo influye en el precio de la vivienda y por qué se ha convertido en un problema estructural en muchas ciudades del mundo.

¿Qué significa gentrificación?

La gentrificación es un proceso de transformación urbana en el que un barrio popular o con rentas medias-bajas experimenta una revalorización progresiva. Esto suele ocurrir cuando nuevos residentes con mayor poder adquisitivo se instalan en la zona, lo que genera cambios en el comercio local, en la oferta cultural y, sobre todo, en el precio de las viviendas.

El término “gentrificación” proviene del inglés gentry, que hace referencia a la clase media-alta o acomodada. Así, este fenómeno implica la llegada de esta nueva clase social (la mayoría, extranjeros) a barrios tradicionalmente habitados por personas con menores recursos, quienes en la mayoría de casos se ven obligadas a mudarse a otras zonas con precios más asequibles.

Causas de la gentrificación

La verdad es que el fenómeno de la gentrificación es global, y sus causas son complejas, tanto que varían de un lugar a otro. No obstante, hablaremos de los rasgos comunes que existen en cualquier parte del mundo donde tiene lugar este fenómeno.

Políticas urbanísticas e inversión inmobiliaria

Uno de los factores que impulsa la gentrificación es la intervención institucional. Muchas ciudades promueven planes de renovación urbana para atraer inversión, turismo o nuevos residentes.

Estos proyectos, aunque presentados como mejoras, suelen provocar un aumento del valor del suelo y atraen el interés de promotores inmobiliarios que buscan maximizar beneficios sin importar las consecuencias.

Atractivo cultural de los barrios tradicionales

Los barrios que conservan un fuerte carácter identitario, con historia, diversidad cultural o una estética singular, suelen ser objeto de gentrificación.

Esta autenticidad atrae nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo que buscan precisamente esa “vida de barrio”, aunque su llegada transforme por completo el entorno original, como también ocurre con el turismo masivo, fuertemente relacionado con la gentrificación.

Escalada del mercado inmobiliario

La dificultad para encontrar vivienda en zonas céntricas o consolidadas (sobre todo en las grandes ciudades como Málaga, Madrid o Barcelona) empuja a las clases medias a buscar alternativas más asequibles en barrios cercanos.

Este traslado eleva la demanda en esas áreas, lo que provoca un incremento en los precios del alquiler y la venta de viviendas, acelerando el proceso. Esto es la pescadilla que se muerde la cola, es decir, la gentrificación va expandiéndose desde su lugar original hacia las zonas aledañas, por lo que, al menos en el plano teórico, llegaría un momento en que toda la ciudad estaría gentrificada.

Consecuencias de la gentrificación

Si bien la gentrificación tiene algunas ventajas, como la mejora de la infraestructura y la economía de los barrios gentrificados, nos centraremos en las consecuencias más bien negativas de este fenómeno.

Desplazamiento de los residentes originales

Una de las consecuencias más graves es el desplazamiento de los habitantes de toda la vida. Al aumentar los precios, muchas familias no pueden asumir los nuevos costes de alquiler o hipoteca, y se ven forzadas a abandonar el barrio. Esto no solo supone una pérdida de vivienda, sino también de redes sociales, educativas, laborales y emocionales.

Precisamente, la gentrificación trae consigo una paradoja, y es que el encanto original del barrio va desapareciendo conforme la población nativa lo va abandonando, con la consecuente pérdida de la identidad tradicional de la zona, uno de los principales atractivos que impulsa la gentrificación.

Transformación del tejido social y económico

La llegada de nuevos residentes con hábitos, gustos y niveles económicos diferentes puede romper el equilibrio del barrio. Así, se sustituyen comercios tradicionales (tiendas, restaurantes típicos, etc.) por negocios más orientados al consumo turístico o al estilo de vida de las clases medias-altas (alquiler de vehículos urbanos, grandes franquicias, boutiques de lujo, etc.).

Esto, una vez más, genera una pérdida de identidad comunitaria y aumenta la sensación de exclusión entre quienes deciden permanecer como puedan.

Incremento de la desigualdad urbana

La gentrificación acentúa las diferencias entre barrios ricos y pobres. Mientras unas zonas se embellecen y revalorizan, otras quedan relegadas a un segundo plano, sin inversiones ni servicios adecuados.

Este fenómeno alimenta la segregación urbana y contribuye a una ciudad más desigual y fragmentada, tanto en el plano económico como social.

Impacto de la gentrificación en el precio de la vivienda

No hay duda de que la relación entre gentrificación y precio de la vivienda es directa y contundente.

A medida que un barrio se vuelve más atractivo para la inversión y para nuevos residentes con mayor poder adquisitivo, los precios de alquiler y compra se disparan. Esto tiene un doble efecto:

  • Por un lado, incrementa el valor del suelo, lo que genera beneficios a propietarios y promotores.
  • Por otro lado, convierte la vivienda en un bien inaccesible para buena parte de la población que antes sí podía vivir allí.

El resultado es un mercado más especulativo, menos accesible y cada vez más alejado de su función principal: garantizar el derecho a una vivienda digna.

Posibles medidas contra la gentrificación

El fenómeno de la gentrificación, como dijimos antes, es muy complejo y muchas veces detrás de ella se encuentran grandes promotores inmobiliarios a los que no siempre se puede (o se quiere) poner límites.

Sin embargo, sí que podemos hablar de ciertas medidas que podrían reducir o, como mínimo, poner ciertos límites a este proceso.

1. Regulación del precio del alquiler

Al menos sobre el papel, una de las medidas más efectivas es establecer límites al aumento del precio del alquiler, justamente, algo que sigue generando debate después de los últimos cambios en la ley de vivienda de 2023.

Las leyes de control de rentas pueden evitar que los propietarios suban los precios de forma desproporcionada tras una revalorización del barrio. Estas políticas deben ir acompañadas de mecanismos de inspección y sanción para garantizar su cumplimiento, con especial control de los alquileres turísticos y temporales.

2. Impulso de la vivienda pública y asequible

Por supuesto, no todas las medidas deben ser relativas a los propietarios y a los precios de la vivienda. El fortalecimiento del parque de vivienda social asequible es clave para garantizar que las familias de rentas bajas puedan seguir viviendo en zonas tensionadas.

Esto implica tanto la construcción de nuevas viviendas como la rehabilitación de edificios existentes para uso público, con criterios de permanencia y acceso justo. Para ello, se necesita de una gran inversión, ya sea del Estado o del sector privado, además de destinar esas viviendas exclusivamente a familias con menos recursos.

3. Limitación del alquiler turístico

Las plataformas de alquiler vacacional han contribuido significativamente a la expulsión de residentes en muchos barrios. Restringir el número de licencias turísticas, especialmente en zonas con alta presión inmobiliaria, ayuda a proteger el uso residencial del suelo urbano y evita la conversión de viviendas en alojamientos turísticos de corta estancia.

De hecho, el 1 de julio entraron en vigor algunas medidas dirigidas a establecer un mayor control sobre este tipo de alquileres y de plataformas. En este otro post te contamos todas las novedades.

4. Protección del comercio local

El pequeño comercio, el que más contribuye a la vida típica del barrio, también es uno de los principales damnificados por la gentrificación. Por ello, establecer normativas que lo protejan frente a grandes cadenas (como moratorias, ayudas al alquiler o ventajas fiscales) ayudaría a mantener la identidad de los barrios y preservar el tejido económico vecinal.

5. Participación ciudadana en la planificación urbana

Incluir a vecinos y colectivos locales en los procesos de diseño urbano evita decisiones que favorezcan la especulación. Los presupuestos participativos, las consultas públicas y las mesas de diálogo son herramientas para construir barrios con una planificación más justa, inclusiva y democrática.

6. Zonificación inclusiva

Esta política obliga a las promotoras privadas a destinar un porcentaje de sus proyectos residenciales a vivienda asequible. Es una forma de asegurar diversidad social en nuevos desarrollos urbanos y evitar la expulsión de población por cambios drásticos en la composición del barrio.

7. Observatorios urbanos y seguimiento de datos

Tener datos fiables sobre el mercado inmobiliario, la población residente y los cambios socioeconómicos en los barrios permite tomar decisiones basadas en evidencias. Crear observatorios urbanos o unidades de vigilancia de la gentrificación es fundamental para reaccionar a tiempo ante signos de desplazamiento.

Como agencia inmobiliaria online, en Wolo siempre estamos atentos a las novedades en el sector del alquiler y de la compra, para ofrecer información detallada y neutral sobre las cuestiones que afectan tanto propietarios como inquilinos, como la gentrificación.

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Llegan las restricciones al alquiler temporal: el nuevo registro obligatorio arranca el 1 de julio

Llegan las restricciones al alquiler temporal: el nuevo registro obligatorio arranca el 1 de julio

No hace mucho, en nuestro artículo sobre la nueva ley de alquileres temporales hablamos de las restricciones que se pondrían a este tipo de arrendamientos.

Efectivamente, a partir del 1 de julio de 2025, los propietarios de viviendas destinadas al alquiler de corta estancia en España (alquiler turístico o de temporada) deberán inscribirse obligatoriamente en un Registro Único de Arrendamientos, también conocido como Ventanilla Única Digital de Arrendamientos.

Esta nueva normativa, derivada del Reglamento (UE) 2024/1028 y articulada a nivel nacional mediante el Real Decreto 1312/2024, busca poner orden en un mercado que, hasta ahora, ha operado con escasa supervisión y ha generado importantes desequilibrios en muchas ciudades.

¿Qué cambia a partir de julio en los alquileres temporales?

El cambio más importante es la obligatoriedad de registrar las viviendas que se alquilen por cortos periodos, especialmente a través de plataformas como Airbnb o Booking. Los propietarios tienen hasta el 1 de julio para aportar datos como la referencia catastral del inmueble, su localización, el tipo de alojamiento (vivienda completa o por habitaciones) y la normativa autonómica que lo regula, un trámite que se llevará a cabo en el Colegio de Registradores.

Una vez completado el registro, se les asignará un número identificador único que será obligatorio para publicar el anuncio en cualquier portal digital. Sin este número, las plataformas no podrán mostrar la propiedad.

Esta obligación afecta a aquellas plataformas que ofrezcan la posibilidad de alquilar de manera remota, es decir, realizar la reserva y el pago de la estancia, lo que deja fuera a los portales inmobiliarios “tradicionales”, donde solo se muestran los anuncios de las viviendas en alquiler, y a las agencias inmobiliarias físicas.

Una respuesta a un problema cada vez más urgente

Detrás de esta medida no solo hay un objetivo de transparencia y control por parte de las autoridades.

Y es que el auge de los alquileres de corta duración ha sido una de las principales causas de la escalada de los precios del alquiler residencial en muchas ciudades españolas. En zonas como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Palma de Mallorca, miles de viviendas han salido del mercado tradicional para destinarse al turismo, lo que ha reducido la oferta disponible para residentes y tensionado los precios.

Este fenómeno ha generado una fuerte presión sobre los barrios más céntricos y atractivos, donde la gentrificación se ha acelerado: los vecinos tradicionales son desplazados por nuevos residentes temporales (normalmente turistas), lo que transforma la estructura social y económica del barrio. Comercios de proximidad cierran para dar paso a tiendas orientadas al visitante, y la vida comunitaria se diluye.

Además, la falta de control ha facilitado el fraude fiscal, el uso de viviendas sin licencia y situaciones de inseguridad jurídica para los inquilinos y para las comunidades de propietarios, que muchas veces ven cómo la rotación constante de huéspedes altera la convivencia.

Un paso hacia la regulación europea

La nueva normativa responde a una iniciativa de la Unión Europea que pretende armonizar la regulación del alquiler de corta duración en los Estados miembros, exigiendo a las plataformas intermediarias que colaboren con las autoridades y compartan información sobre los alojamientos y sus propietarios. España es uno de los primeros países en aplicar el reglamento de forma íntegra, anticipándose a otros socios comunitarios.

Con esta medida, se pretende lograr un equilibrio entre la actividad turística y el derecho a una vivienda asequible, protegiendo a los residentes permanentes sin castigar al pequeño propietario que decide alquilar su segunda vivienda unos días al mes.

En definitiva, a partir de julio se abre una etapa de adaptación que probablemente traerá polémica y tensiones. Así, mientras que asociaciones vecinales pueden celebrar la medida, algunos propietarios ya han mostrado su preocupación por el aumento de la burocracia, quienes deben saber que, si no cumplen con las nuevas obligaciones, se arriesgan a sanciones que van desde multas hasta la revocación de las licencias turísticas, en los casos más graves o de reincidencia.

Queda por ver el impacto real que tendrá el registro, pero lo que está claro es que la era del alquiler turístico sin control toca a su fin. Con una normativa clara, un sistema de seguimiento centralizado y la implicación de las plataformas digitales, se abre una nueva fase en el mercado del alquiler en España.

¿Hacia un futuro con cada vez menos alquileres temporales?

Guste o no, está claro que los alquileres temporales serán cada vez más restrictivos. En el lado opuesto, están los alquileres de larga duración, que siguen teniendo más beneficios para los propietarios.

De hecho, ni siquiera el tope a los precios en las zonas tensionadas debería ser un disuasorio, pues, siempre que se trate de un pequeño propietario y que la vivienda estuviera alquilada antes, el propietario podrá mantener el mismo precio en el nuevo contrato incluso si supera el fijado por el índice de precios.

Pero, al margen del límite de precios (si aplica), los alquileres de larga duración tienen muchas ventajas de las que carece el temporal y turístico:

  • Los ingresos son constantes: para que un alquiler turístico o temporal sea rentable, se debe conseguir una ocupación mínima del 60% mensual. En cambio, en un alquiler de larga duración, el propietario siempre recibe el alquiler equivalente a 30 días, mes a mes y sin excepciones.
  • El inquilino asume más gastos: en un alquiler de larga estancia el inquilino puede hacerse cargo del pago de los suministros e incluso de otros gastos como el seguro de la vivienda, la comunidad y el IBI (siempre que se negocie con él).
  • Deducciones fiscales: los alquileres temporales tienen una carga impositiva del 100%, mientras que los de larga estancia tienen, como máximo, el 50%, y puede bajar al 10% en algunos casos recogidos en la ley. Básicamente, en un alquiler temporal potencialmente se podrá ganar más dinero, pero también habrá que pagar más a Hacienda. Hay que hacer bien las cuentas para ver qué compensa más…
  • La gestión es mínima: una vez firmado el contrato de alquiler, el propietario puede “olvidarse” y solo estar pendiente de recibir el alquiler, mientras que los alquileres turísticos o temporales implican estar constantemente encima: limpieza de la vivienda, comunicación con inquilino tras inquilino, etc.
  • Mayor cuidado de la vivienda: la vivienda alquilada se convierte en la residencia habitual del inquilino, por lo que tendrá más cuidado con ella (y cualquier daño causado que sea responsabilidad suya, será él quien lo repare). En un alquiler temporal o turístico, en cambio, raras son las veces en que no se produce ningún daño que, posiblemente, tendrá que asumir el propietario.
  • Mejor seguro antiokupas: retomando lo de vivienda habitual, contar con un inquilino de larga duración es el mejor seguro antiokupas, ya que una intrusión en la vivienda se consideraría allanamiento de morada y no “okupación”, y la policía podría desalojar inmediatamente al intruso. Pero en una vivienda que no es residencia de nadie… la cosa cambia, y mucho.

Wolo, el alquiler de larga estancia digital y asegurado

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El alquiler de temporada en Barcelona: ya supone el 26% de los nuevos contratos

El alquiler de temporada en Barcelona: ya supone el 26% de los nuevos contratos

Como ya sabemos, estos últimos dos años han sido “moviditos” en lo que respecta al alquiler en España, sobre todo desde la aprobación de la nueva ley de vivienda. El texto todavía da que hablar en el ámbito político y social, especialmente en lo que respecta al límite a los precios del alquiler en las zonas tensionadas.

En este contexto, la última noticia nos llega, una vez más, desde Barcelona, donde los contratos de alquiler de temporada ya representan el 26% de los nuevos acuerdos firmados en la ciudad, según datos del Observatorio Metropolitano de la Vivienda (OHB) correspondientes al cuarto trimestre de 2024. Este porcentaje marca un récord histórico y supone el triple con respecto al inicio de 2023, cuando estos contratos suponían apenas el 7% del total.

Originalmente, el alquiler de temporada estaba concebido para estancias breves de estudiantes o profesionales desplazados (de 32 días a 11 meses), pero han ganado popularidad en un marco de creciente regulación del alquiler de larga estancia.

Así, la entrada en vigor de la ley de vivienda en marzo de 2024, que estableció topes de precio en zonas tensionadas como Barcelona, ha llevado a muchos propietarios a optar por esta modalidad para sortear las restricciones.

Caída de precios, pero también de la oferta de alquiler habitual

En este otro artículo ya analizamos las consecuencias del primer año de regulación del precio del alquiler en Cataluña. Con la nueva ley, los precios del alquiler cayeron un 6,4% en la ciudad condal, pero también trajo consigo una reducción de la oferta disponible.

Esta caída en los precios coincide, precisamente, con el incremento paulatino del número de contratos de temporada, el modelo al que ahora más propietarios recurren a la hora de alquilar sus viviendas.

Los alquileres temporales, en el punto de mira de las administraciones

Ante esta situación, las autoridades catalanas y municipales han comenzado a tomar medidas para equiparar ambas modalidades de contratos, el temporal y el de larga estancia. Así, el Parlament de Cataluña ha aprobado un decreto ley que extiende los límites de precio de los alquileres permanentes a los contratos de temporada y de habitaciones.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado trámites para modificar el Plan General Metropolitano, con el objetivo de diferenciar entre el uso habitual y el uso temporal de las viviendas.

Esta medida busca cerrar vacíos legales que permitían a algunos propietarios esquivar las restricciones de la ley de vivienda mediante contratos temporales. Cuando se aplique, cualquier arrendamiento que satisfaga necesidades de vivienda, independientemente de su duración, estará sujeto a los topes de precio establecidos, salvo aquellos destinados a fines turísticos o recreativos debidamente acreditados.

Cabe decir que este fenómeno no es exclusivo de la capital catalana. Ciudades como Girona, Tarragona y Lleida también han visto aumentos significativos en los alquileres de temporada, mientras que la oferta de alquileres permanentes ha disminuido.

Un régimen sancionador con multas de hasta 900.000 euros

Además de los topes al alquiler de temporada, se ha establecido un régimen sancionador con multas de hasta 900.000 euros para infracciones muy graves, como fijar precios por encima del 30% del índice de referencia o utilizar cláusulas engañosas en los contratos.

Estas sanciones buscan disuadir prácticas fraudulentas y garantizar el cumplimiento de la normativa, protegiendo así el derecho a una vivienda asequible para todos los ciudadanos.

El alquiler temporal: la trampa que no ven los propietarios

Ante la imposibilidad de alquilar sus viviendas al precio que les gustaría, como decimos, muchos propietarios se han decantado por el alquiler de temporada (aunque los topes a los precios en este tipo de contratos también llegarán).

Efectivamente, el alquiler temporal puede parecer más atractivo por su flexibilidad y potencial de ingresos a corto plazo, al menos, hasta que se regulen sus precios.

Sin embargo, muchos de estos propietarios parecen olvidarse de una de las cosas más inevitables en la vida: Hacienda. Y es que, desde el punto de vista fiscal, el alquiler temporal posee desventajas significativas en comparación con el alquiler de larga estancia que, incluso, hacen que sea menos rentable.

Sin bonificaciones fiscales

Lo primero es que los contratos de alquiler temporal no permiten aplicar la reducción del 50% al 90% en el rendimiento neto del alquiler que sí se aplica a los contratos de vivienda habitual.

Esto significa que el propietario debe tributar por el 100% de los ingresos netos obtenidos, a diferencia de un propietario que alquila para larga estancia, quien, en el peor de los casos, tributará por el 50%. En otras palabras, en un alquiler temporal, Hacienda “tiene en cuenta” el ingreso total, mientras que en uno de larga estancia, solo la mitad, como máximo.

Renta imputada por periodos sin alquilar

Por otra parte, cuando la vivienda temporal no está alquilada, Hacienda imputa una renta basada en el valor catastral del inmueble, lo que incrementa la carga fiscal incluso en periodos sin ingresos reales. ¿Traducción?, tendrás que pagar impuestos hasta por los días en los que la vivienda no ha estado alquilada.

Mayor carga tributaria progresiva

Por último, si el precio que fija el propietario para un alquiler temporal es alto, y sabiendo que debe declarar el 100% del rendimiento neto sin reducciones, los ingresos pueden llevarlo a tramos más altos del IRPF, aumentando la carga fiscal total. Básicamente, ganará más dinero, sí, pero también tendrá que pagar más.

¿No te salen las cuentas? Pongamos un ejemplo con las siguientes cifras aplicables a ambos tipos de alquileres: 12.000€/año de ingresos brutos, 2000€ de gastos deducibles y un IRPF del 30%.

En un alquiler de temporada:

  • Rendimiento neto = 12.000 € – 2.000 € = 10.000 €
  • Reducción fiscal aplicable: 0% (no es vivienda habitual)
  • Base imponible = 10.000 €
  • Impuesto a pagar = 10.000 € × 30% = 3.000 €
  • Beneficio neto final = 10.000 € – 3.000 € = 7.000 €

En un alquiler de larga estancia:

  • Rendimiento neto = 12.000 € – 2.000 € = 10.000 €
  • Reducción fiscal aplicable: 50% (o más, en ciertas circunstancias)
  • Base imponible = 10.000 € × 50% = 5.000 €
  • Impuesto a pagar = 5.000 € × 30% = 1.500 €
  • Beneficio neto final = 10.000 € – 1.500 € = 8.500 €

También puedes comparar la rentabilidad de ambos tipos de alquileres en nuestra calculadora aquí.

Por tanto, para que el alquiler temporal sea más rentable que el alquiler de larga duración, el propietario debe asegurarse de tener una tasa de ocupación alta y fijar un precio muy elevado, sin perder de vista el riesgo de “pasarse” de tramo de IRPF, en cuyo caso sería lo comido por lo servido.

Al margen de esto, la gestión de un alquiler temporal es mayor que en uno de larga estancia, ya que supone encadenar inquilino tras inquilino, quienes, al no ser su vivienda habitual, es probable que no la cuiden tanto como lo haría un inquilino que vive permanentemente en ella (5 años).

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La regulación de los alquileres temporales llegará antes o después, lo que hará, sí o sí, que siempre sean menos rentables que uno de larga estancia.

Por eso, en Wolo, como expertos en el sector y siendo conscientes de lo que implica un alquiler de larga estancia, ofrecemos a los propietarios las herramientas y los servicios que necesitan para alquilar su piso de manera segura:

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Definitivamente, la decisión de alquilar tu piso para corta o larga estancia depende solo de ti. Pero, si te hemos convencido de que el alquiler de larga duración es la mejor opción, tanto a nivel fiscal como de gestión, podemos asegurarte que somos la mejor agencia inmobiliaria con la que puedes hacerlo.

¿Es 2025 un buen año para comprar una vivienda?

¿Es buen momento para comprar una vivienda en 2025?

Recientemente, publicamos un artículo en el que analizamos si 2025 era un buen año para vender una vivienda, teniendo en cuenta la evolución del mercado y la situación a la que hemos llegado actualmente.

En este artículo trataremos el tema opuesto pero relacionado, es decir, si es el momento indicado para comprar una vivienda o, en cambio, es mejor seguir esperando un año más propicio.

¿Cómo ha evolucionado el mercado en los últimos años?

En los últimos cinco años, el mercado inmobiliario español ha estado marcado por la inestabilidad. Tras la pandemia de 2020, la compraventa se disparó en 2021 y 2022, impulsada por los bajos tipos de interés y el ahorro acumulado.

En 2023, sin embargo, la inflación causada por la guerra en Ucrania y la subida de los tipos hipotecarios frenaron esa euforia. Muchas personas pospusieron su decisión de compra ante la dificultad de acceder a financiación y la incertidumbre económica.

Afortunadamente, la situación ha cambiado. La contención de la inflación, la bajada del Euríbor y la estabilización de los precios han creado un nuevo escenario que favorece al comprador. De hecho, el Euribor ha seguido su tendencia bajista de 2024 y en estos momentos (abril 2025) ha caído prácticamente al 2%.

Comprar vivienda en 2025: ¿por qué puede ser una buena idea?

1. Hipotecas más accesibles

Uno de los grandes frenos en 2023 fueron los tipos hipotecarios elevados. En cambio, en 2025 estamos viendo cómo el Euríbor baja progresivamente, lo que ha provocado que los bancos vuelvan a ofrecer condiciones más competitivas.

Esto significa que puedes acceder a una hipoteca con mejores condiciones que hace solo un año, lo cual influye directamente en tu capacidad de compra a largo plazo.

2. Oferta de viviendas con más margen de negociación

Aunque la oferta de viviendas sigue ajustada en algunas zonas, lo cierto es que muchos propietarios que esperaban vender en 2023 o 2024 han retrasado la operación hasta ahora. Esto ha generado un mayor volumen de viviendas a la venta, y en muchos casos, más predisposición a negociar el precio.

No obstante, a pesar de que la oferta haya incrementado, la construcción de nuevas viviendas sigue sin avanzar al ritmo que se necesitaría para satisfacer completamente la demanda de los compradores.

3. La vivienda sigue siendo una inversión a largo plazo

Al margen de las fluctuaciones del mercado, la vivienda sigue siendo una de las inversiones más estables en el tiempo, especialmente si piensas comprar para vivir o alquilar.

Con las previsiones de revalorización moderada (entre un 3% y 5% anual), quienes compren ahora podrían beneficiarse en el futuro de ese crecimiento del valor del inmueble.

¿Qué tener en cuenta antes de comprar una vivienda?

Antes de lanzarte a la compra de una vivienda en 2025, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

Evalúa bien tu presupuesto

Ten muy claro tu presupuesto real. No se trata solo de cuánto cuesta la vivienda, sino de cuánto puedes asumir tú realmente.
Lo ideal es contar con al menos un 20% del valor del inmueble ahorrado para la entrada, más un 10% adicional para cubrir los gastos asociados con la compra (impuestos, notaría, registro, gestoría, etc.).

Tener claras tus finanzas evitará que te endeudes por encima de tus posibilidades.

Estudia las opciones hipotecarias

Antes de lanzar a comprar una vivienda, compara distintas ofertas bancarias y analiza cuál se adapta mejor a tu situación: tipo fijo, variable o mixto. Más allá de la cuota mensual, fíjate en indicadores como el TIN (Tipo de Interés Nominal) y la TAE (Tasa Anual Equivalente), que ofrecen una visión más completa del coste real de la hipoteca.

También puedes informarte sobre posibles ayudas o subvenciones si eres joven, es tu primera vivienda o cumples ciertos requisitos.

Prioriza las mejores zonas

La ubicación influye directamente en tu calidadde vida y en la revalorización futura del inmueble. Asegúrate de que la zona esté bien conectada, cuente con servicios esenciales y tenga buenas perspectivas de desarrollo.

Merece la pena visitar el barrio a diferentes horas del día para comprobar el ambiente, el tráfico, el nivel de ruido o incluso la seguridad.

Comprueba el estado y las cargas de la vivienda

No menos importante es el estado legal y técnico de la vivienda. Antes de comprar, conviene solicitar una nota simple al Registro de la Propiedad para confirmar que el inmueble no tiene cargas pendientes, como hipotecas, embargos o problemas urbanísticos.

También es imprescindible que cuente con la cédula de habitabilidad y el certificado energético en regla. Si se trata de una vivienda de segunda mano, valora hacer una revisión técnica para evitar sorpresas con instalaciones eléctricas, humedades o estructuras en mal estado.

Piensa en el objetivo de la compra

Por último, ten muy claro cuál es el propósito de la compra, ya que no es lo mismo comprar para vivir que para invertir.

Si planeas alquilar la vivienda, estudia bien la rentabilidad que puede ofrecer, la demanda en esa zona, el tipo de inquilino al que quieres dirigirte y si la vivienda está en una zona tensionada. Si es para uso propio, valora tu proyecto personal a medio y largo plazo: si vas a formar una familia, si piensas cambiar de ciudad, o si tu situación laboral es estable.

¿Qué impuestos y gastos conlleva comprar una vivienda?

Comprar una casa implica también asumir ciertos gastos e impuestos que no debes pasar por alto:

  • IVA y AJD: si compras una vivienda nueva, pagarás un 10% de IVA más el impuesto de Actos Jurídicos Documentados, el cual oscila entre el 0,5% y el 1,5%, según la comunidad autónoma.
  • Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP): supone entre el 6% y el 10% del valor del inmueble, pero solo se aplica en el caso de comprar una vivienda de segunda mano.
  • Notaría, registro y gestoría: suman entre un 1% y un 2% del precio de la vivienda.
  • Tasación y apertura de hipoteca: son los gastos vinculados a la financiación, que también debes incluir en tu presupuesto.

En resumen: ¿es 2025 un buen año para comprar?

Sí, si cuentas con estabilidad financiera, una buena hipoteca y encuentras una vivienda que encaje contigo, 2025 puede ser un gran año para comprar. Las condiciones están mejorando y, si buscas el asesoramiento adecuado, puedes convertir un momento de incertidumbre para algunos en una oportunidad para ti.

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En Wolo somos una agencia inmobiliaria online donde te ayudamos a tomar la decisión más segura, y no solo para comprar una vivienda: también si deseas venderla o ponerla en alquiler, todo ello sin comisiones variables ni gastos en letra pequeña.

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Un año de límite de precios al alquiler en Cataluña: ¿qué ha ocurrido con el mercado?

Un año de límite de precios al alquiler en Cataluña: ¿qué ha ocurrido con el mercado?

Recientemente se ha cumplido un año desde que Cataluña decidió aplicar el índice de precios de alquiler, por el que se fija un precio mínimo y máximo en función de ciertas características de la vivienda.

De hecho, Cataluña fue la primera comunidad autónoma en recurrir a esta medida, con la que pretendía acabar con la tendencia al alza de los precios en las zonas tensionadas y animar a los propietarios a alquilar sus viviendas vacías.

Después de los argumentos a favor y en contra de esta medida, la pregunta ahora es: ¿qué impacto real ha tenido el índice de precios en el mercado del alquiler en este último año? Desde Wolo, le damos respuesta.

Así se aplicó el nuevo índice de precios

El 16 de marzo de 2024, la Generalitat declaró zonas tensionadas de alquiler hasta en 140 municipios de su territorio, esto es, zonas donde era necesario destinar el 30% o más de los ingresos a pagar el alquiler. Poco después, el número de zonas tensionadas abarcaba 271 municipios, lo que incluía a más de 7 millones de personas (Ver la lista de municipios tensionados en Cataluña).

A partir de esta “declaración”, el Gobierno catalán podía establecer el límite de precios, habilitado tras la aprobación de la última ley de vivienda en mayo de 2023. Sin embargo, la medida solo podía aplicarse a los contratos firmados con grandes propietarios y a los nuevos contratos si la vivienda no se había alquilado en los últimos 5 años.

Esto dejaba fuera, por tanto, a los pequeños propietarios que habían tenido alquiladas sus viviendas, quienes sí podían renovar el contrato y mantener el precio por encima del máximo fijado por el índice.

Bajada de precios, según la Generalitat

Según los datos de la Generalitat, la medida hizo que los alquileres bajaran un 3,7% entre el primer y el último trimestre de 2024, un porcentaje que en Barcelona, principal zona tensionada de Cataluña, fue del 6,4%.

Ante estas cifras, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, junto con su homóloga catalana, Sílvia Paneque, celebró el resultado de la medida en una rueda de prensa en la ciudad condal, mientras instaba al resto de presidentes autonómicos a aplicarla cuando el esfuerzo del alquiler suponga entre el 30% y el 50% de los ingresos familiares.

Pero también una bajada de la oferta

La ligera bajada de precios, no obstante, se ha visto empañada, ya que la medida ha reducido la oferta de viviendas en alquiler. Esto se desprende de los datos de Incasol, el organismo donde se depositan las fianzas en Cataluña, que ha visto cómo el número de contratos firmados cayó en todo el territorio autonómico.

Concretamente, entre enero y marzo de 2024 se firmaron 34.503 contratos de alquiler, número que descendió hasta los 29.313 entre abril y junio, y hasta los 27.098 entre julio y septiembre.

Al mismo tiempo, se ha visto cierta “fuga” desde Barcelona, donde más demanda existe, hacia municipios de otras provincias, donde el número de contratos registrados también ha bajado considerablemente.

Entre las posibles explicaciones, propietarios que decidieron vender o mantener vacías sus viviendas al no poder alquilarlas al precio que considerasen oportuno, y ello a pesar de ciertos incentivos fiscales recogidos en la última ley.

Críticas desde la oposición

La medida, impulsada por la coalición PSOE-Sumar, ha recibido críticas de la oposición incluso desde antes de su aprobación. Así, Núñez Feijóo, junto con otros presidentes autonómicos, afirma que la intervención en los precios tendrá por efecto la reducción de la oferta, algo que, un año después, parece haber sido el caso en Cataluña.

En la postura opuesta, es decir, la de Feijóo, la solución al problema pasa únicamente por la inversión, privada y/o pública, en vivienda destinada al alquiler. De esta forma, al aumentar la oferta, los precios se regularían solos, al contar los inquilinos con más opciones que harían a los propietarios revisar sus precios a la baja si quieren seguir siendo “elegibles” en un mercado menos saturado.

La última palabra, en las comunidades autónomas

El acceso a la vivienda en régimen de alquiler ya se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Sin embargo, la vivienda es incumbencia del Gobierno central, pero no su competencia, que recae en los presidentes autonómicos.

Esto quiere decir que el Ministerio proporciona las herramientas legales que necesitan las comunidades para declarar zonas tensionadas y aplicar el índice de alquiler, pero son las autonomías las que tienen competencia en materia de vivienda.

Así, comunidades autónomas gobernadas por el PP se han opuesto a la medida, e incluso algunas gobernadas por el PSOE siguen sin aplicarla.

Hasta la fecha, fuera de Cataluña, solo País Vasco y Navarra ya han iniciado los trámites para declarar zonas tensionadas en sus territorios.

¿Eres propietario y quieres saber cómo funciona un alquiler en zonas tensionadas? Te lo explicamos en este otro artículo.