Turismo en auge: el alquiler vacacional se dispara en un 143% en solo 10 años
España ha experimentado una transformación radical en sus opciones de alojamiento turísticas. En el primer cuatrimestre de 2025, el país superó los 25,6 millones de turistas extranjeros, y el alquiler vacacional ha crecido un 143 % desde 2015, según datos del INE.
Este boom no solo muestra el interés creciente por este tipo de alojamiento, pues también evidencia un cambio estructural en cómo se abastece la demanda turística: los turistas buscan cada vez más la comodidad, flexibilidad y privacidad que ofrecen las viviendas de temporada frente al hotel tradicional.
El alquiler vacacional se consolida como modelo dominante
Tradicionalmente, el sector hotelero ha liderado la oferta turística. Pero en los últimos años, las plataformas de alquiler a corto plazo como Airbnb, Booking o Vrbo han transformado el mercado.
Cada vez más viajeros optan por viviendas particulares como alojamiento, valorando su flexibilidad, su privacidad y su precio (muchas veces más competitivo que el de un hotel, especialmente en grupos o estancias largas).
Según Exceltur, la patronal del turismo, el número de viviendas de uso turístico ha crecido un 25 % en solo dos años, mientras que el crecimiento hotelero en ese mismo periodo apenas ha sido del 2 %. En ciudades como Málaga, Alicante o Valencia, el ritmo de expansión es incluso mayor.
En muchas zonas, el alquiler vacacional ya representa entre un 10 % y un 25 % del parque inmobiliario disponible.
¿Qué consecuencias tiene este fenómeno?
El auge del alquiler vacacional tiene múltiples implicaciones que van más allá del turismo.
1. Escasez de vivienda residencial
Muchas viviendas que antes se destinaban al alquiler de larga duración ahora se alquilan a turistas. Esto reduce la oferta disponible para residentes locales, lo que eleva los precios de los alquileres tradicionales y genera tensiones sociales, sobre todo en barrios céntricos o muy demandados.
En lugares como Palma de Mallorca, Barcelona, Málaga o San Sebastián, encontrar un piso para vivir se ha convertido en una misión casi imposible para buena parte de la población.
2. Gentrificación y desplazamiento de vecinos
La presión turística no solo encarece el acceso a la vivienda, también transforma los barrios. Tiendas de barrio, servicios cotidianos o comercios tradicionales desaparecen para dejar paso servicios más orientados al turismo, como cafeterías, tiendas de souvenirs o restaurantes pensados para turistas.
Esta gentrificación genera un efecto de expulsión: los vecinos de toda la vida acaban yéndose, empujados por el encarecimiento general y por la pérdida de identidad del entorno.
3. Saturación de espacios públicos
El turismo masivo también impacta en la calidad de vida urbana: calles congestionadas, ruido nocturno, falta de plazas escolares o servicios médicos colapsados. En los destinos de costa, playas y zonas naturales viven picos de ocupación que superan con creces su capacidad de carga.
Estas realidades han motivado medidas regulatorias: desde la eliminación gradual de licencias de alquiler turístico en zonas saturadas (como en Barcelona) hasta multas y cierres de viviendas sin registro legal.
¿Qué están haciendo las autoridades?
Las administraciones locales y autonómicas han comenzado a reaccionar ante esta realidad. Algunas de las medidas más destacadas:
- Barcelona ha anunciado que eliminará progresivamente todas las licencias de pisos turísticos en 2028, limitando su número en los próximos años.
- Palma y otras ciudades de Baleares han endurecido las sanciones por alquiler sin licencia y han prohibido nuevos registros en determinadas zonas.
- Madrid y Valencia han comenzado a establecer zonas de contención para limitar la expansión del alquiler vacacional.
- En el Congreso, se han planteado iniciativas para que las comunidades de vecinos puedan vetar este tipo de actividad si afecta a la convivencia.
¿Qué ocurre con el alquiler de larga estancia?
El auge del alquiler vacacional ha puesto sobre la mesa un debate urgente: ¿cómo podemos proteger el acceso a la vivienda sin frenar por completo el turismo?
La respuesta no pasa por prohibir, ya que el turismo es una importante fuente de ingresos en España, sino por la posibilidad de regularlo. Así, para limitar el impacto del alquiler turístico, algunas medidas podrían ser:
- Establecer cupos y zonas de exclusión, especialmente en barrios con escasa oferta de vivienda habitual.
- Obligar al registro obligatorio y a mostrar el número de licencia en plataformas como Airbnb o Booking, algo que se puso en marcha desde el 1 de julio de 2025.
- Dar más poder a las comunidades de vecinos, permitiéndoles vetar alquileres turísticos si afectan a la convivencia.
- Penalizar fiscalmente este tipo de alquiler en las zonas tensionadas e incentivar el retorno de esas viviendas al mercado residencial.
Pero más allá de restringir, también es necesario seguir potenciando el alquiler de larga estancia, especialmente en ciudades donde acceder a una vivienda digna se ha vuelto un reto, lo que también incluiría el aumento del parque de vivienda destinado a esta clase de alquiler.
Ventajas del alquiler de larga duración
Muchos propietarios no lo valoran lo suficiente, pero el alquiler residencial tradicional tiene beneficios que no tiene el alquiler turístico ni el temporal.
- Estabilidad y previsibilidad de ingresos: cobros regulares sin depender de la estacionalidad ni de la tasa de ocupación.
- Mínima rotación de inquilinos, lo que reduce gastos de limpieza, mantenimiento o gestión.
- Relación más cercana con el inquilino, lo que suele derivar en mayor cuidado de la vivienda.
- Menos trámites legales y menos exposición a sanciones.
- Reducción de gastos, ya que el inquilino suele encargarse de pagar los suministros de la vivienda.
- Deducciones fiscales de mínimo el 50% que hacen que la rentabilidad del alquiler de larga duración sea muy elevada.
Por todo ello, en Wolo estamos convencidos de que el alquiler residencial sigue siendo la opción más atractiva para los propietarios, especialmente por las ventajas económicas que supone y por el reducido riesgo de que la vivienda sufra desperfectos.
Por eso, ofrecemos a los propietarios la posibilidad de alquilar su vivienda a inquilinos de larga duración, además de un servicio de Alquiler Garantizado gracias al cual siempre cobrarán la renta, puntualmente y sin límite de tiempo, a diferencia de los seguros de impago que todos conocemos.
De esta forma, protegemos el dinero de los propietarios que quieren alquilar su piso para larga estancia, pero temen los posibles impagos por parte del inquilino.
Solo con Wolo y nuestro modelo de alquiler seguro, el alquiler residencial siempre será mejor opción que el turístico o el temporal.
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